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Dibujos animados, ¿cosa de niños?

Publicado por Mariló Morales |

Los dibujos animados, en sus inicios, eran concebidos como algo inocente, puro, libre de todo mal. Pero, como le pasa a casi todo, con el tiempo se han desvirtuado (entendiendo por desvirtuar quitar el vigor o sustancia que tenían en un principio). Si en sus orígenes se vieron como una forma de entretener al público, sobre todo al infantil, poco tiempo después la animación ampliaría sus horizontes y posibilidades; hasta el punto de que en la actualidad hay, incluso, películas pornográficas de dibujos animados (a medio camino nos encontrarnos con series como Los Simpsons o Padre de familia, que para nada están dirigidas al público infantil). Pero no es éste el punto al que hoy queríamos llegar. Vamos a conformarnos con ver cómo la empresa de animación por excelencia, Walt Disney, fue una de las pioneras en esta desvirtualización.

Pronto los poderosos se dieron cuenta del gran valor del cine en el adoctrinamiento de la población, y por consiguiente, también del cine animado. Bajo esa apariencia de pureza, pueden decirse sutilmente muchas cosas, o decirlas de manera más explicita. Y es que, al fin y al cabo, si lo miramos fríamente, el cine animado no es más que otra forma de presentar la información.

Walt Disney hizo de los dibujos animados un producto de consumo de masas; lo que elevó infinitamente su valor. El principal objetivo de la compañía era llegar al mayor número de personas posible, pero ello no fue un obstáculo para que -en determinadas ocasiones- los filmes fueran utilizados con fines propagandísticos. Así frente a los sentimentalistas Bambi o Dumbo, nos encontramos con cortometrajes tales como Education for Dealth o Der Fuehrer’ Face. A continuación podéis ver éste último.


En diciembre de 1941, Estados Unidos entra en la Segunda Guerra Mundial, y la compañía Disney no dudará en apoyar a su gobierno. Para ello, elaborará películas con un fin muy distinto al que venían teniendo hasta entonces: elevar la moral de la población y convencerla de la maldad del enemigo, a la vez que lo ridiculiza. Con este objetivo se produce, entre otros, el cortometraje Der Fuehrer´s face (El Rostro del Fuhrer), protagonizado por el archiconocido Pato Donald (una de las estrellas del momento de la factoría). Su tono bromista -pese a tener un carácter de adoctrinamiento-, hizo que el film alcanzara un gran éxito. De hecho, en 1943 ganó el Oscar al mejor corto animado.

El corto intenta mostrar las carencias, penurias y coacción de libertades que sufre la población que se encuentra bajo la sombra de un dictador. Y para dejar esto aún más claro, contrapone dicha visión a la libertad y la democracia existentes en Estados Unidos, personificadas en la Estatua de la Libertad.


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11:14

Las incógnitas de Lost

Publicado por Juankenstein |

Ojo, esto no es un video, es un pase de diapositivas con las preguntas qué más nos traen de cabeza de Perdiditos. Tranquilos, es así con muchas fotos y poco que leer, que sé que soy muy perretes y os da pereza.

Id haciendo clik y se pasan las fotos.






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Muchos de vosotros habréis ido hace poco al cine (y si no, muy mal) y habréis visto en alguna parte algunos posters como estos:




En efecto, Watchmen llegará pronto a nuestras pantallas, motivo más que suficiente para que el cómic original de Alan Moore (guión) y Dave Gibbons (dibujos) reciba el homenaje que se merece… ¿Y quién mejor que Squeezing para haberlo?

Fue en el año 1986 cuando DC comics decidieron comenzar la publicación de Watchmen en forma de serie limitada de doce números. Más tarde, la editorial reeditó el comic en un solo tomo, dándole esa apariencia ladrillil que todos los que se han acercado a verlo en una tienda han podido observar. Tan sólo dos años más tarde, el cómic recibió el premio Hugo de novela fantástica y de ciencia ficción, convirtiéndose en el primer galardonado de la historia que no fue un libro. Entre otros de sus muchos logros, Watchmen se situó, en el año 2005, en la lista de las cien mejores novelas de la prestigiosa revista Time. Pero mejor nos dejamos de apuntes históricos y, sin más dilaciones, vamos al turrón. ¿De qué trata Watchmen?

El héroe perseguido
Año 1985. Estados Unidos se encuentra en plena guerra fría con la Unión Soviética. Esta tensa y dura situación para todo el país acaba es el marco de un suceso que estremece a la sociedad: el cruento asesinato de Edward Blake, superhéroe conocido anteriormente como ‘El Comediante’, quién acabó sus días de justiciero trabajando a sueldo para el gobierno estadounidense, después de que el acta Keene prohibiera el vigilantismo en Estados Unidos. Este crimen desata la inquietud entre los demás justicieros retirados, personas sin ningún tipo de poder especial (salvo el poderosísimo Dr.Manhattan) que temen por su vida ahora que sus días de mayas y capas de raso ha pasado. Otros, por otro lado, deciden tomarse la justicia por su mano. Este planteamiento inicial sirve para desarrollar una interesante y compleja trama en la que estos superhéroes de días pasados, y también del presente, se enfrentan a sus propios conflictos personales y la difícil coyuntura en la que se encuentran. Mola, ¿Verdad?
Vayamos ahora con los personajes principales, superhéroes de lo más variopinto que han hecho mella en la cultura del cómic contemporánea:

• El Comediante: El dueño de esa chapa Smiley que habréis visto por Internet hasta la saciedad. El señor Edward Blake es, por decirlo de alguna manera, el personaje-eje de la trama. Relacionado con el resto de vigilantes, este excéntrico y depravado superhéroe representa con descaro todo lo que un héroe no debería ser. Aunque lo que primero leeremos al comenzar el cómic es su muerte, os garantizamos que no le perderéis de vista.

•Rorscharch: Sin duda, mi favorito. Su apodo proviene de las manchas usadas en psiquiatría, por las cuales pasa este personaje en un punto de la historia. Entre el héroe y el psicópata, Rorscharch decide tomarse la investigación de la muerte de El Comediante por su mano, recorriendo las calles de Nueva York con sus cavilaciones. ¿Superpoderes? ¿Quién los necesita cuando eres un sádico de la calaña de Rorscharch? Como una de sus mejores frases, tengo que quedarme con “el superheroísmo implica una cierta forma de fascismo”. Wow.

•Dr.Manhattan: Dios hecho superhéroe. Tras un desagradable y tópico accidente en su laboratorio, el doctor Jon Osterman comprende a la perfección el funcionamiento de los átomos y, ergo, entiende como puede manejarlos a su antojo. Desde hacerse gigante a parar el tiempo, pasando por teletransportarse a Marte con un suspiro: el Dr.Manhattan no tiene límites, pareciendo que, en esta historia, se cayó en la marmita de poder. Como si de un dios helénico se tratase, el Dr.Manhattan se mantiene al margen, durante casi todo el cómic, de los problemas que acontecen en el mundo de los mortales, más preocupado en movidas existenciales que sólo él puede entender. Por si eso fuera poco, además se volvió azul.

•Ozzymandias: El guapo de Watchmen. Aunque sea rubio, Adrian Veidt posee una extraordinaria inteligencia que le llevó a funda un imperio multinacional en el que incluso fabricaba sus propios muñequitos de acción. Como bien veréis cuando os leáis el cómic, el guaperas de Ozzymandias no es trigo limpio…

•El Buho Nocturno: El primo frustrado de Batman. Alan Moore no se lo pensó dos veces a la hora de homenajear al legendario hombre murciélago con el personaje llamado Dran Deiberg. Su retiro le convirtió en un cuarentón con barriguita, pero la muerte de El Comediante le ha hecho volver a enfundarse las mallas. Sus gadgets molan, pero su traje es un tanto ridículo… en mi opinión.

•Espectro de seda: Un nombre así sólo se lo podía poner una mujer. Una superheroína que hereda su cargo a su hija. Los tópicos de las mujeres superhéroes se han evidentes también en Watchmen, con uniformes que enseñan carne y una personalidad más propia de una Barbie. Pero no os confundáis: bajo este plantamiento, Moore relata una historia de conflictos en la que una madre es incapaz de educar a su hija debido a sus delirios de grandeza.

¡Leételo!
Y hasta aquí nuestro pequeño homenaje a Watchmen. Desde Squeezing os recomendamos muy encarecidamente que, antes de ir a ver la película (la cual tiene bastante buena pinta), le deis una oportunidad a un cómic que, desde luego, no os dejará indiferentes. Es digna de mención, aparte del soberbio guión llevado a cabo por Alan Moore, la gran calidad artística de los dibujos de Dave Gibbons, con unas viñetas que transmiten tantas emociones como los propios textos. En definitiva, una obra maestra del cómic que ningún fan de los superhéroes, y de la novela fantástica en general, se debería perder.

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10:44

La última golosina de JK Rowling

Publicado por Mariló Morales |

Para alegría de los millones de fanáticos de Harry Potter, la edición española de Los cuentos de Beedle el Bardo salió a la venta el pasado 4 de diciembre. Probablemente haya sido uno de los libros más regalados estas navidades, y es que el nombre del joven mago parece ser ya sinónimo de éxito. Sólo durante la primera semana, se vendió la nada despreciable cantidad de 2,6 millones de ejemplares. No hay más vuelta de hoja –le pese a quien le pese- Harry Potter es un fenómeno de masas.

Con esta saga –magnífica, dicho sea de paso-, JK Rowling ha conseguido, lo que pocos hasta el momento había hecho: llegar a personas de todas las edades. Las aventuras de Potter lo mismo encandilan a un niño de ocho años que a un hombre de treinta. Ésta es su peculiaridad y, quizás, uno de los ingredientes de ese éxito que tantos anhelan.


Tres ediciones distintas, pero una misma historia

Este libro –como todos- tiene su historia. Cuando la autora terminó de escribir el último capítulo de Harry Potter y las reliquias de la muerte, decidió hacer una versión real de Los cuentos de Beedle el Bardo. En un primer momento sólo pensó en elaborar una siete ejemplares (escritos e ilustrados por ella misma), para regalarlos –todos menos uno- a personas estrechamente relacionadas con las aventuras de Potter. El restante fue cedido para subasta, alcanzando la cifra de 4 millones de dólares (que se destinó íntegramente a la fundación The Children’s Voice). El resto de los mortales tendremos que conformarnos con la edición de coleccionista –réplica del original- o con la estándar. No nos queda otra que consolarnos pensando que lo importante es la historia, y que esa es la misma en las tres ediciones.



Aunque Los cuentos de Beedle el Bardo no son una continuación de las aventuras de Harry, tienen un papel fundamental en el desenlace de la saga. Fue una copia de este libro –cedida por Albus Dumbledore a Hermione Granger- la herramienta clave en la búsqueda que los tres jóvenes iniciaron contra los horrocruxes. Concretamente el último cuento, La Fábula de los Tres Hermanos, fue el que les ayudó a acabar, de una vez por todas, con Lord Voldemort.

Cuentos tan populares como Blancanieves
JK Rowling clasifica la obra como un libro de relatos infantiles muy populares en el mundo mágico. Estos cuentos equivaldrían en el mundo muggle –es decir, el no mágico- a historias tan conocidas como Blancanieves o Caperucita Roja. Como también cuenta Rowling, la edición que nos presenta habría sido íntegramente traducida desde las runas antiguas por Hermione y va acompañada, además, de notas aclaratorias del Dumbledore.

Los cinco relatos que se recogen (El Mago y el Caldero Saltarín, El Corazón Peludo del Brujo, La Fuente de la Buena Fortuna, Babbitty Rabbitty y su Cepa Carcajeante, La Fábula de los Tres Hermanos) tienen un afán moralizante muy acentuado. Y es que de ellos se ayudaban los padres magos para hacer ver a sus hijos, entre otras cosas, que la magia no es siempre la solución a los problemas.

Son unos relatos bien construidos y muy en la línea a la que Rowling nos tiene acostumbrados. Pero seguramente serán los seguidores de toda la saga, los que le saquen un mayor provecho. Quien se lea únicamente este libro, lo encontrara un poco soso. Y es que son los pequeños detalles los que lo hacen grande. Es fantástico como la autora ha sabido crear un universo mágico, en el que todo tiene coherencia y está relacionado.



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